La forma de las cejas es caprichosa por naturaleza, no sigue los dictados de las tendencias. Determinada por la genética, los pelillos que la conforman tienen vida propia. De ahí que el diseño de cejas se haya convertido en un servicio tan buscado como un corte de pelo.
Kim Kardashian, Jennifer López, Madonna o Rihanna no serían las mismas si el vello que habita sus arcos ciliares (la cresta ósea sobre la que se asientan las cejas) no hubiera pasado bajo la “lupa» artística de Anastasia Soare. Conocida como la reina de las cejas, sus diseños crean tendencia que traspasan fronteras, pero su gran éxito reside en que aplica sus conocimientos como experta en bellas artes, aquello de las proporciones áureas que tan bien manejaba Leonardo Da Vinci, para dar con la forma ideal para cada tipo de rostro.
Espesas o ligeras, rectas o más o menos arqueadas, anchas o estrechas, las cejas perfectas son aquellas que ofrecen un aspecto disciplinado, cuyos pelillos están ordenados, definidos, bien peinados, nutridos y, que aunque se ciñan a las modas del momento, armonicen con las facciones. Lo que en las famosas boutiques Benefit denominan como Brow Mapping. (Por cierto, si quieres saber cómo te quedarían la cejas del clan Kardashian, o cualquier otro icono de belleza, no tienes más que entrar en la web de Benefit y jugar con el algoritmo de Brow Try-on, un programa creado por Benefit que te permite con tan solo subir una foto, probar hasta 12 formas diferentes de cejas de manera virtual y al instante).
Una vez que hayas dado con ‘tus cejas’, tienes muchas posibilidades para mantenerlas impecables –geles fijadores, lápices, sombras…–, pero sin duda uno de los más cómodos es el lifting o alisado, una técnica que no es nueva, pero que arrasa por lo cómoda que resulta, ya que mantiene la forma y el tono (si se realiza junto con un tinte) durante semanas con un mantenimiento mínimo.
¿Cómo es el procedimiento?
El procedimiento es sencillísimo y no dura más de 30 minutos. Primero, se limpia la piel de la zona con un desmaquillante de ojos oil-free, a continuación se acicalan las cejas peinándolas para evitar enredos y prepararlas. Posteriormente, se aplica el líquido alisador sobre las cejas diseñándolas de la forma que se desee, se coloca un film osmótico y se deja actuar 15 minutos. Si no deseas matizar el tono de tu vello, aquí termina el proceso químico, solo queda depilar los pelillos sobrantes cuándo las cejas ya han adquirido la forma definitivo. Si deseas cambiar de color, añádele 15 minutos más al tiempo del tratamiento, los que tarda el tinte en trasformar el pelo.
El planchado de cejas es apto para casi todos los públicos, pero es ideal para cejas gruesas y rebeldes, para dominar remolinos, para camuflar las canas o aportar volumen a las menos pobladas…¡Y por supuesto, para fanáticas de la perfección! Que dicho sea de paso, se podrán relajar al menos durante 5 semanas, pero que dependiendo del tipo de pelo que pueble las cejas, se puede prolongar hasta 8. Cuanto más grueso y duro sea el pelo, menor es la duración del efecto planchado. El precio del tratamiento varía según los centros, pero va desde los 30€ hasta los 50€ si incluye tinte.
¿Necesita mantenimiento?
Si bien es verdad que sus resultados son increíbles, prolongar su duración requiere un mantenimiento mínimo pero necesario. Cada noche, los expertos aconsejan utilizar un gel hidratante específico –como el mítico Bálsamo de cejas de The Lab Room (25€)– aplicándolo sobre el vello con un ligeros masajes circulares. Por la mañana, se puede acentuar el planchado con un fijador de larga duración, como 24-Hour Brow Setter Gel (27,95€) de Benefit.