El herpes zóster es una infección vírica que se manifiesta mediante la aparición de una erupción cutánea dolorosa en una zona determinada del cuerpo. Aparece cuando el mismo virus que ocasiona la varicela y que está latente en los ganglios nerviosos se reactiva dando lugar a esas vesículas con líquido que aparecen recorriendo el trayecto del nervio o nervios afectados. Por lo tanto, es importante aclarar que el herpes zóster únicamente ocurre en aquellas personas que ya han padecido la varicela anteriormente, pero ¿es una infección vírica contagiosa? En este artículo de ONsalus aclaramos la cuestión de si el herpes zóster es contagioso y detallamos, además, cuáles son sus posibles causas, los síntomas que puede provocar y el tratamiento que se debe seguir para que se cure por completo lo antes posible. ¡
¿El herpes zóster se contagia?
Cuando se padece herpes zóster o alguien cercano presenta esta afección, una de las dudas más frecuentes que suele surgir es si el herpes zóster se contagia o no. Pues bien, debemos aclarar que el herpes zóster o culebrilla no se contagia de una persona a otra. No obstante, el virus causante de esta infección sí que puede transmitirse de la persona infectada a una persona que nunca haya sufrido varicela, y en este caso esta última contraería varicela y no herpes zóster. Este contagio puede producirse al entrar en contacto directo con el líquido que segregan las lesiones o ampollas provocadas por la culebrilla.
Por tanto, podemos confirmar que el herpes zóster únicamente se desarrolla cuando el paciente ya ha padecido con anterioridad la varicela. Ambas infecciones están causadas por el mismo virus y el herpes zóster se presenta como segunda erupción de este virus.
Después de haber padecido la varicela, el virus permanece inactivo en determinados nervios del cuerpo, pero cuando se reactiva es cuando aparecen los síntomas de herpes zóster. A pesar de que las causas de su reactivación no están del todo claras, los especialistas señalan que sucede con más frecuencia en personas que tienen un sistema inmunológico debilitado (ya sea por tratamientos farmacológicos o por enfermedad), mayores de 60 años y niños que han tenido la varicela antes de cumplir el año de vida.
Síntomas del herpes zóster
El herpes zóster suele manifestarse en un único lado del cuerpo, alrededor de un segmento nervioso generalmente del tórax o de la zona lumbar, y en menor medida en el cuello y en el rostro. Entre los principales síntomas del herpes zóster se encuentran los siguientes:
- En un inicio y antes de que la erupción cutánea aparezca, se puede experimentar dolor y una sensación de escozor, quemazón y cosquilleo en la zona afectada.
- Lo anterior puede ir acompañado, además, de dolores de cabeza, malestar generalizado y aumento de la temperatura corporal.
- Al cabo de unos días, aparece la erupción cutánea formada por una especie de ampollas con líquido agrupadas que recorren el trayecto del nervio o nervios afectados y que pueden lucir enrojecidas. El dolor también puede ir aumentando en intensidad en función de cuál sea la magnitud de la erupción.
- Luego, las ampollas empezarán a secarse, a romperse y a formar costras, las cuales se terminan cayendo pasadas unas 2 o 3 semanas.
Además de los síntomas del herpes zóster anteriores, es posible que también se presente fiebre, escalofríos, dolores abdominales, dolores articulares y ganglios linfáticos inflamados. En el caso de que la infección comprometa nervios del rostro, los síntomas pueden incluir dificultades para mover ciertos músculos faciales, caída del párpado, pérdida de audición, dificultad para mover el ojo, problemas en el gusto y problemas en la vista.
Tratamiento del herpes zóster
El tratamiento del herpes zóster incluye la toma de un medicamento antiviral con el fin de combatir el virus responsable de la infección. Este tipo de fármaco permite reducir los dolores, acelerar la curación de la afección y evitar posibles complicaciones. Lo mejor es empezar a tomar los medicamentos recetados antes de que aparezca la erupción cutánea, por lo que es importante acudir al médico ante los primeros síntomas de herpes zóster.
Además de los antivirales, el tratamiento de la culebrilla también puede incluir otros medicamentos, como los antiinflamatorios para reducir los dolores y la inflamación, los antihistamínicos para disminuir los picores y los analgésicos.
Cuidados en casa
Además de los tratamientos médicos, hay ciertas medidas que se pueden adoptar en casa para reducir el dolor y las molestias que puede provocar el herpes zóster, estas son las siguientes:
- Aplicar paños humedecidos con agua fría sobre la erupción cutánea para aminorar el dolor.
- Limpiar la zona con una gasa humedecida para evitar otro tipo de infecciones bacterianas.
- Reducir el estrés y estar relajado.
- Guardar reposo en caso de malestar generalizado y fiebre.
- Llevar una dieta equilibrada.
- Beber agua a lo largo del día para mantenerse bien hidratado.
- Caminar o realizar ejercicios de intensidad leve para olvidar los dolores.
Cómo prevenir el herpes zóster
Una vez aclarada la cuestión de si el herpes zóster es contagioso, vamos a ver qué medidas son las que pueden tomarse para prevenir su transmisión y reducir ese riesgo de contagio que existe si no se ha padecido la varicela con anterioridad.
- Evitar entrar en contacto con personas que tengan herpes zóster si aún no se ha pasado la varicela.
- No tocar directamente las ampollas provocadas por el herpes zóster.
- Administración de la vacuna contra la varicela en caso de ser persona de riesgo.
- Lavarse las manos con frecuencia.
- Mantener la erupción cutánea tapada y evitar rascarse.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.