La rinoplastia es la operación de nariz destinada a corregir aspectos estéticos y funcionales de la nariz, ya sea en el tabique, la punta o la anchura. Se puede realizar bajo anestesia local o general, según el área a tratar.
¿Por qué se realiza la rinoplastia?
La rinoplastia sirve principalmente para resolver problemas estéticos de la nariz, como desviaciones, giba ósea (hueso que sobresale en el dorso de la nariz), malformaciones congénitas (paladar hendido, secuelas del labio), y otras adquiridas en la vida por enfermedades o traumatismos. También sirve para mejorar la respiración de pacientes que presentan problemas en esta zona.
¿En qué consiste la rinoplastia?
Actualmente se realizan dos tipos de cirugía:
- Rinoplastia abierta: se practica un corte en la zona media de la nariz para acceder mejor a los huesos y cartílagos.
- Rinoplastia cerrada: consiste en acceder a la nariz a través de las fosas nasales para llevarla a cabo por dentro sin dejar cicatrices.
Preparación para la rinoplastia
En una primera consulta, el paciente le explica al especialista sus deseos y expectativas y éste investiga el problema que tiene mediante interrogatorio, exploración física y con la tomografía de nariz y senos paranasales. También realiza un análisis fotográfico y propone al paciente el plan quirúrgico.
En el mismo día de la cirugía, el paciente debe llevar ocho horas en ayunas y llevar ropa cómoda sin joyas ni maquillaje. Tampoco puede tomar medicamentos como aspirina, ibuprofeno, analgésicos y vitamina E, durante al menos las dos primeras semanas antes y después de la cirugía.
Riesgos de la intervención
Ninguna intervención está exenta de riesgo, pero en el caso de la rinoplastia éstos no revisten gravedad, siendo los más comunes: sangrado, inflamación y posible reacción adversa a la anestesia.
Otros posibles riesgos específicos incluyen:
- Dificultad para respirar por la nariz
- Entumecimiento dentro de la nariz o alrededor
- Posibilidad de que la nariz tenga un aspecto asimétrico
- Dolor, manchas o hinchazón
- Cicatrices
- Agujero en el tabique (perforación del tabique)
Cuidados tras la intervención
El paciente puede ser dado de alta entre tres y seis horas después de la intervención. Durante los primeros días, hay que mantener reposo, en posición semisentado y tomando líquidos en abundancia.
Una vez se retira el taponamiento (entre tres horas y cinco días), se recomienda aplicar suero fisiológico periódicamente para mantener una mejor higiene. El dolor se calma con analgésicos y el postoperatorio no suele ser doloroso, simplemente puede haber molestias al tener la nariz obstruida durante los primeros días.
Para disminuir aún más las probabilidades de sangrado e hinchazón, el médico puede solicitarte que sigas una serie de precauciones durante las primeras semanas tras la operación, como por ejemplo:
- Evitar ejercicios aeróbicos y trotar.
- No sonarse la nariz.
- Incrementar la ingesta de alimentos con alto contenido de fibras, como frutas y vegetales, para evitar el estreñimiento.
- Cepillarse los dientes suavemente para limitar el movimiento del labio superior.
- Usa vestimenta que se cierre y se abra en la parte delantera, evitando aquellas prendas que se introducen por la cabeza.