Qué pasaría si las nuevas generaciones crecieran sin la idea de las princesas y el príncipe azul?
De acuerdo con la terapeuta Clara Sánchez, las adaptaciones cinematográficas de Disney (tomadas de autores como Hans Christian Andersen pero reversionadas para un público infantil) retratan estereotipos y roles de pareja que se han modernizando a un paso lento.
“Si le preguntas a alguien si cree en el príncipe azul dirá que no pero si ves qué aspira de su pareja y qué busca, te darás cuenta de que busca al príncipe que venga a rescatarla y que se haga responsable de su felicidad.
“Disney sigue siendo una mirada conservadora de la sociedad, pero de Blancanieves en los años 30 a los 2000 era obvio que tenían que actualizarse”.
Aunque historias como la de Blancanieves (1937) tengan más de 80 años, al seguirse viendo y tener nuevas versiones —ya no en caricatura sino con personas— es importante verlas como pretexto para el diálogo y reflexión, sobre todo con los niños.
“Ver cómo antes en este caso, por ejemplo, valoraban a las mujeres por estar todo el tiempo en casa limpiando, lavando y cocinando. Qué bueno que ya podemos hacer otras cosas”, señala.
Y es que por ejemplo, el esperado estreno de Mulán podría resultar engañoso en ese sentido.
Según explicó el productor Jason Reed al portal Collider, se eliminó a Li Shang para que la protagonista no tuviera una relación con alguien de mayor rango, por lo que se crearon dos nuevos personajes: el comandante Tung, que es su mentor, y Honghui, que igual que ella, forma parte del escuadrón. Sin embargo, a diferencia del amor de pareja, en Mulán predomina el amor al padre y el clímax es ser aceptada por él.
“Pareciera que pese a plantearla en un universo más feminista, los hombres siguen siendo el impulso para las mujeres; antes ellos nos rescataban, ¿ahora nosotros debemos rescatarlos?
“Esta mirada es delicada, en muchas familias los roles se están invirtiendo y las mujeres deben ser mejores proveedoras sin perder su rol de mamá y cuidando ser buenas parejas; la doble exigencia. Necesitamos ver parejas que hacen equipo, trabajan juntas por un mismo objetivo, incluida la familia y crianza de los niños.
Caminar lado a lado, no uno detrás del otro”.
Se trata de una reflexión que atañe a todos, pues a la vez también hay que poner atención en los roles masculinos.
“Se le sigue dando mucho peso a la virilidad relacionada con el machismo e incluso la violencia, que está un poco disfrazada pero ahí está”.