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Ingredientes
- 750 ml. de vino tinto joven (de calidad)
- 1 naranja en rodajas
- 1 limón en rodajas
- 1 manzana en rodajas
- 50 ml. de brandy o coñac
- 50 ml. de vermut
- 1 cucharada generosa de azúcar (o en este caso 40 ml. de almíbar)
- 20 ml. de ginebra
- 1 lata (330 ml) de gaseosa o de refresco cítrico (de naranja o limón, de la marca que más os guste)
- Hielo
- Un jarra grande
- 1/2 rama de canela (opcional)
- 1/2 rama de canela (opcional)
Estamos en pleno verano y empezamos a ver tinto de verano y sangría en casi todas las terrazas. No hay nada mejor que beber sangría con los amigos, pero la calidad de esta bebida en muchos bares y restaurantes deja mucho que desear. Por eso quería presentaros mi forma de prepararla, siempre triunfa en cualquiera de las barbacoas que hacemos en casa, rivaliza directamente con los mojitos que prepara mi chica.
Para preparar una buena sangría casera necesitamos buen producto, nada del peor vino que haya en el super, y no dejo este tema al azar, pues es una de las conversaciones cuñadiles que tengo que aguantar año tras año. Para triunfar con esta refrescante bebida de verano, necesitamos una fórmula infalible y deliciosa que nos preparo Tommy, nuestro barman profesional y que sirve en su restaurante.
Esta es mi forma de ver la sangría, con un punto gallego que la hace famosa. Una más, pues como en toda casa de vecino, existen multitud de preparaciones y variantes. Es una bebida muy popular en España y desde hace unos años en muchos países latinoamericanos, podemos decir que está de moda. Su sabor gusta a casi todo el mundo, aunque no te guste el vino, como le pasa a algún amigo.
El protagonista como no es el vino tinto que va acompañado de azúcar, fruta, gaseosa o refresco aromatizado y algún licor que le de un poco de potencia (aunque el licor va al gusto, en nuestro caso con un toque gallego). Y aunque su nombre viene del color del vino tinto, que nos recuerda a la sangre, también podemos encontrar sangría con otros tipos de vino, podemos ver en la cartas de los restaurantes, la sangría de sidra, la sangría de cava o la sangría blanca, hecha con vino blanco.
Os dejamos con nuestra receta de la sangría más tradicional, la de vino tinto, y con un montón de consejos y recomendaciones para triunfes en cualquier celebración con amigos o familiares.
- Lo primero de todo es preparar la fruta. Lavamos y cortamos en rodajas, en nuestro caso nos gusta así, aunque puedes encontrar la fruta también en dados. Reservamos.
- La vamos a preparar en una jarra grande, mejor de litro y medio, pero podéis adaptar los ingredientes al recipiente que vayamos a emplear. Cubrimos la jarra con la mitad de hielo. Añadimos un poquito de cada fruta, al gusto de cada casa.
- Es hora de darle potencia a nuestra sangría, 50 ml. de coñac o brandy, 50 ml. de vermut rojo, 20 ml. de ginebra y el azúcar (en nuestro caso un almíbar ya comprado, pero que también podéis hacer en casa). Removemos bien para mezclar todo el líquido con el hielo y la fruta.
- Echamos el vino, volvemos a remover. Incorporamos la gaseosa o vuestro refresco cítrico favorito y dejamos 3-4 minutos para servir bien fría. El toque de carbónico de la gaseosa (a ser posible bien fría) le da un punto refrescante delicioso y siempre se echa al final de la preparación, justo antes de servir. Así va a conservar todo su gas.
- Y a la hora de servir, el que quiera que le ponga más hielo en el vaso. Normalmente se sirve en vasos o copas amplias con alguna fruta que también se puede comer al final. Perfecta para tomar tal cual o acompañar tu comida de verano.