¿Qué es el botox?
Pero antes de adentrarnos en todo lo que podemos conseguir con estas infiltraciones, debemos conocer qué es el botox. Según indican desde Sanitas, esta es en realidad la toxina que produce el botulismo. Sin embargo, se aprovecha su capacidad de producir parálisis muscular y con este objetivo se emplea en medicina. Dentro de este campo encuentra aplicaciones en ciertas enfermedades neurológicas y en medicina estética, para tratar las arrugas de expresión. Esta última es la que le ha dado mayor popularidad. En lo que respecta a los beneficios del botox, tiene una clara ventaja frente al resto de tratamientos y es que se trata de una solución mínimamente invasiva y temporal con la que se pueden apreciar los resultados de forma efectiva y, sobretodo, rápida.
¿Cómo y dónde se aplica el botox?
Se trata de una técnica prácticamente indolora que consiste en la infiltración de la sustancia a través de una aguja muy fina. El botox se deposita en el músculo de la zona que se desea tratar produciendo la relajación e inhibición del mismo, de manera que la arruga de expresión se suaviza. Esta acción sobre los músculos es lo que explica que con el botox se traten fundamentalmente las arrugas de expresión, es decir, aquellas que aparecen por la gesticulación repetida.
Se aplica sobre todo en el entrecejo, la frente, las comisuras de los labios y el contorno de los ojos. No hay que confundirlo con la infiltración de ácido hialurónico, que a la vez que minimiza las arrugas superficiales, reestructura el tejido aportándole una apariencia revitalizada.
«Los neuromoduladores son también es uno de los tratamientos que ofrecen mayor versatilidad, ya que se pueden utilizar en diversas áreas del rostro, como la frente, el entrecejo, las patas de gallo, el cuello y la zona peribucal, para reducir la apariencia de arrugas y líneas de expresión y también puede ser muy utilizado para tratar algunas afecciones médicas como el exceso de sudor y el bruxismo», afirma la Dra. Pilar Souto de Bloome.
Para conseguir el efecto deseado es muy importante que el tratamiento sea realizado por un especialista experto en anatomía facial. No son frecuentes los efectos adversos de esta práctica, pero una inyección mal aplicada puede generar una expresión artificial o no deseada.
Otras aplicaciones en las que el botox está obteniendo buenos resultados es en el tratamiento de la hiperhidrosis, es decir en personas con una sudoración excesiva en axilas, manos y pies. Inyectando esta toxina se consigue disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas. También se aplica para el control del blefaroespasmo, la contracción intermitente e involuntaria de la musculatura del ojo.
¿Cuánto cuesta la infiltración de botox?
Como en cualquier tratamiento estético, el precio final está determinado por la marca del producto que se utiliza, la zona geográfica en la que va a tener lugar el procedimiento, la clínica y el profesional que lo va a practicar. En líneas generales la aplicación de un vial de producto oscila entre los 300 y 500 euros. Hay que tener en cuenta que el tratamiento dura entre 5 y 6 meses, por lo que si se quieren mantener los resultado la aplicación ha de repetirse pasado este tiempo. Cabe destacar que las innovaciones en este campo están desarrollando nuevos tipos de botox que mejoran significativamente las condiciones que ofrece el original, destacando por su durabilidad, calidad y por tener un precio menor.