Los cactus, pertenecientes a la familia de las cactáceas, son plantas perfectas para decorar en casa. Son muy resistentes, alegres, y dan un toque muy especial al entorno. Por estos y otros motivos que te contaremos más adelante, los cactus son las plantas perfectas para cultivar dentro y fuera de casa.
También es una de las mejores opciones para aquellos que no disfrutan con las plantas. Son duraderas, no requieren de muchos cuidados y, si no tienes tiempo suficiente, son perfectas porque aguantan en buen estado mucho tiempo. Aunque no son inmortales. Los cactus también necesitan ciertas atenciones, lo mismo que sus parientes, las suculentas o las crasas. Te enseñamos los cuidados básicos para que puedas disfrutar de un ambiente natural, fresco y acogedora en casa acompañado de cualquiera de estas plantas.
Los cactus son plantas fáciles de cuidar. Son resistentes, y necesitan poco riego. En primavera, hay que regar los cactus una vez cada 10 o 12 días; mientras que en invierno, incluso se puede llegar a suprimir el riego durante los meses de diciembre a enero. Además de estos cuidados, te damos otras recomendaciones sobre los cuidados del cactus:
- Riego. Como te hemos comentado, lo ideal es regar el cactus una vez cada 10 o 12 días en la temporada de primavera-verano. Durante el invierno, los riegos se extienden. Se puede llegar a suprimir el riego incluso en los meses de diciembre a enero.
- Luz. Los cactus requieren de luz para su crecimiento. Lo ideal es colocar los cactus en zonas luminosas o muy cerca de una ventana.
- Temperatura. Los cactus llegan a soportar temperaturas de hasta 27° C. Sin embargo, durante el invierno sufren. No soportan bien el frío, y las temperaturas por debajo de los 7° C.
- Sustrato. Los cactus necesitan un sustrato con buen drenaje. Lo más recomendable es optar por un sustrato específico para cactus. Otra opción es hacerlo tú con la mitad de sustrato universal y la otra mitad de arena de río o piedras volcánicas, que son porosas y absorberán la humedad,
- Abono. También hay fertilizantes especiales para el crecimiento de los cactus. Uno de los mejores fertilizantes para cactus es el que presenta a partes iguales nitrógeno, potasio y fósforo. Si quieres tu cactus florezca en primavera, usa fertilizante una vez cada quince días a partir de otoño. Si lo que quieres es que crezca, usa el fertilizante desde el brote de las primeras flores en primavera.
Tipos de cactus
Los cactus son plantas muy resistentes que se adaptan a casi cualquier tipo de clima. Existen muchos tipos de cactus. Algunos de los cactus más populares son:
- Cactus Opuntia: las opuntia son los cactus más resistentes.
- Cactus Mammillaria: es muy bonito porque sus flores forman coronas alrededor del cuerpo globular del cactus y por eso se le conoce como el cactus hippie.
- Cactus asiento de suegra: es popular por su forma esférica llena de pinchos que se extienden por toda su superficie.
¿Dónde colocar un cactus?
Cada vez hay más amantes de los cactus. Sus formas, colores y beneficios los han convertido en un must a la hora de decorar. Pero, ¿dónde colocar un cactus? Pues se puede afirmar que casi en cualquier sitio: desde el recibidor, salón, comedor, dormitorios, junto al ordenador e incluso en el baño. Los baños son sitios idóneos para los cactus, ya que ayudan a absorber la humedad del aire.
Eso sí, si apuestas por añadir los cactus en el baño, recuerda que necesitan luz para crecer. Por eso, lo mejor es que encuentres un rincón luminoso, alejado de las corrientes de aire. Si ves que tu cactus se vuelve amarillo o empieza a blanquearse, toma nota y cámbialo de ubicación. Es una señal de que el cactus tiene un exceso de exposición al sol.
CACTUS Y CRASAS, ¿SON LO MISMO?
Los cactus y las crasas forman parte de la misma familia, las suculentas. Sus hojas carnosas (llenas de agua para que sobrevivan) son un manjar para ciertos insectos o animales, así que cada una se defiende a su manera.
Los cactus defienden sus reservas de agua mediante espinas. En cambio, las crasas se defienden con hojas dentadas, tallos en forma de aguijón o con una savia irritante que hace que los animales se lo piensen dos veces antes de hincarles el diente.