La alimentación de los niños es clave para un crecimiento y desarrollo favorables, y conocer cuáles son los primeros alimentos para darle al bebé suele ser un motivo de preocupación para los padres.
Durante los 6 primeros meses de vida el mejor alimento para ellos es la leche materna, o de sustitución si esta no es posible. Sin embargo, a partir de este momento, se debe empezar a ofrecer más variedad para complementar sus necesidades nutricionales y familiarizarlos con todo lo que formará parte de su futura dieta.
Si tienes alguna duda o quieres conocer con más detalle cuáles son los primeros alimentos que puedes darle a tu bebé, te invitamos a seguir leyendo el artículo.
El momento para introducir alimentación sólida
Como norma general se marca el inicio de la complementación alimentaria en los 6 meses de edad. Esta es la recomendación específica de la Organización Mundial de la Salud, secundada por otras asociaciones.
Sin embargo otros expertos sitúan el momento indicado entre los 4 y los 6 meses. En lo que sí coinciden todos es que los alimentos sólidos no deben formar parte de la dieta de los bebés antes del cuarto mes.
Como indican desde la Asociación Española de Pediatría, es aconsejable esperar un poco más (hasta el sexto mes) para que su organismo tenga la maduración necesaria a nivel renal, intestinal, neurológico e inmune.
Además es conveniente que el bebé adquiera una serie de destrezas psicomotoras. Cuando aparezcan, serán la señal de que está listo para tener una dieta sólida variada:
- El bebé ha perdido el reflejo de extrusión (hace que expulse la cuchara o la comida fuera de su boca).
- Manifiesta interés o curiosidad cuando ve a otras personas comer y trata de alcanzar los alimentos.
- Es capaz de coger estos alimentos con la mano y llevarlos hasta la boca.
- Aunque todavía necesita respaldo, se puede sentar con un buen control de su cabeza.
En este proceso hay que ser muy cuidadosos para ir en armonía con el desarrollo fisiológico del bebé. No dudes en consultar con el pediatra sobre este tema, pues empezar con los sólidos tarde también puede tener consecuencias negativas en su salud.
Los 7 primeros alimentos sólidos para el bebé
Una vez acordado el momento de empezar (junto con el equipo de pediatría), es es tiempo de ofrecer a tu hijo algo más que leche materna. A continuación, enumeramos algunos de los primeros alimentos para incluir en la dieta de un bebé sano.
1.- Aguacate
Es una excelente comida inicial para el bebé porque contiene grasas saludables para el crecimiento y desarrollo. La textura suave y cremosa del aguacate es ideal para que el sistema digestivo del bebé la tolere.
Este alimento presenta un alto contenido en fibra, vitaminas A, E, niacina, folato, potasio, fósforo, magnesio y calcio. Además es una fuente de lípidos muy saludable ya que aporta de forma principal grasas monoinsaturadas (como el aceite de oliva) y un poco de poliinsaturadas.
Para prepararlo, se separa la cáscara, se extrae una porción (una o dos cucharadas al principio) y se macera con un tenedor. También se puede introducir en los purés de frutas o verduras en sustitución del aceite.
“Todos nacemos iguales; con la dieta empieza la diferencia”
–Dr. Hernán Jaramillo Botero–
2.- Plátanos
También son ideales para introducir al bebé en la dieta sólida. Las propiedades de un plátano lo hacen ideal para la digestión del bebé. Su sabor dulce y su textura facilitan que los pequeños lo acepten y lo disfruten. Estos frutos contienen vitamina A, C, folato, potasio, fósforo, selenio, magnesio y calcio.
Antes de darles el plátano, es necesario pelarlo y hacer un puré (o chafarlo bien con un tenedor). Si se desea aún más suave, es posible calentarlo un poco. Del mismo modo se puede agregar un poco de leche materna o de la fórmula para que sea más fácil de consumir.
3.- Carnes: una fuente de proteína entre los primeros alimentos
Cuando el bebé empieza a cambiar su forma de alimentarse, puede tener deficiencias en algunos nutrientes. Se destacan, de forma principal, el hierro, el zinc y la vitamina B12, que está presente en alimentos de origen animal.
También cabe aclarar que el hierro presente en vegetales no se absorbe de la misma forma en su organismo inmaduro. Por este motivo ha de ser combinado con vitamina C. De este modo se potencia su absorción
Debido a lo anterior, es recomendable incluir una porción de carne en la alimentación del bebé. En los primeros meses es suficiente con una ración de 20 a 30 gramos diarios (o la mitad si también se ofrece pescado en el mismo día).
Las más recomendadas al principio son el pollo, el pavo y el conejo. Una buena forma de dar carne a los pequeños es verificar que sea de buena calidad, cocinarla y molerla.
Las mejores opciones de cocción son el vapor, el hervido o a la plancha. Lo más importante es retirar todos los huesos, que no quede cruda y que se corte en en trozos del tamaño adecuado. Se puede remojar en un poco de agua o caldo sin sal para que la textura sea procesada sin problema.
En el momento de introducir pescado y huevos los consejos de cocción son los mismos. Se debe evitar ofrecer pescado y huevo crudos. La yema se puede introducir alrededor de los 8 meses y el huevo entero a partir del año.
“Una buena forma de dar carne a tu hijo es verificar que sea de buena calidad, cocinarla y molerla”
4.- Mango
El mango es un alimento rico en vitaminas A, C, E, K, folato, potasio, fósforo, magnesio, calcio y sodio. Es una fruta dulce que aporta una gran cantidad de nutrientes al organismo de tu bebé. Al igual que con otros alimentos, deberás pelarlo, quitarle la semilla y hacerlo puré.
5. Calabaza y calabacín: dos verduras perfectas entre los primeros alimentos para el bébé
Aunque la tendencia de muchos padres es empezar con las frutas, las hortalizas también se pueden ofrecer desde el primer momento de la alimentación complementaria. Igual que las primeras, aportan una gran cantidad de nutrientes muy beneficiosos y necesarios como fibra, vitaminas y minerales.
La calabaza y el calabacín son, además, verduras muy suaves y digestivas que se pueden introducir con facilidad, ya sea en purés o trituradas de forma más grosera. Cortados en trozos más grandes y cocidos también se pueden servir enteros.
6. Avena
Uno de los aspectos que también se consideran a la hora de elegir los primeros alimentos para el bebé es la posible aparición de alergias. Algunos nutrientes, como el gluten, han sido objeto de distintas recomendaciones a lo largo de los últimos años con el objetivo de disminuir el riesgo de enfermedad celíaca.
A día de hoy se aconseja introducirlo entre el sexto y el séptimo mes y en pequeñas cantidades al principio. Por este motivo la avena es un cereal perfecto para empezar, pues no contiene gluten de forma natural (aunque podría estar contaminado con gluten de trigo).
Además es un alimento perfecto para diluir con un poco de leche (materna o de sustitución) y preparar papillas o gachas sin necesidad de recurrir a los preparados comerciales. Otros cereales que se pueden introducir en los primeros meses (y combinar con la avena) son la sémola de trigo, el arroz o el mijo.
7. Patatas y boniatos
Los cereales no son los únicos alimentos con hidratos de carbono que se pueden ofrecer desde el inicio. Las patatas y los boniatos también son muy interesantes a nivel nutricional y se adaptan muy bien a la forma de comer de los primeros meses.
Ambos son suaves, digestivos y con una textura muy agradable para hacer purés. Combinan bien con casi todas las verduras (zanahorias, cebollas, judías tiernas o puerros) y, en el caso del boniato, aporta un punto dulce muy especial.
Recomendaciones para la dieta de tu bebé
A parte del momento idóneo para introducir ciertos alimentos, es de especial interés tener en cuenta otras recomendaciones en la alimentación durante los primeros meses.
- La leche materna o la de fórmula deben incluirse en la dieta del bebé, incluso después de darles sólidos. De estos elementos provienen las calorías y nutrientes principales que el niño necesita durante su primer año.
- En el momento de comer, es importante que el bebé esté tranquilo, limpio y feliz. Así, podrá disfrutar más de sus alimentos y empezar a asociarlos con emociones y ambientes positivos.
- Elegir un solo alimento nuevo cada vez y ofrecerlo durante varios días antes de pasar a uno diferente. De este modo, es posible identificar con facilidad cualquier tipo de reacción alérgica.
- Si aparece diarrea, sarpullidos o vómitos después de un alimento, deja de dárselo y consulta al médico.
Hay que tener en cuenta que cuando se introducen los sólidos en la alimentación pueden aparecer algunos cambios en el bebé. Los más habituales están relacionados con la apariencia, el olor y el ritmo de las deposiciones. Estas pueden ser de color variable según lo que comen y más sólidas.
Si estas son muy blandas, acuosas o contienen mucosidad pueden ser señal de un tracto digestivo irritado. En este caso es preferible introducir alimentos de forma más lenta y en menor cantidad. Si no se soluciona es imprescindible consultar con el pediatra.