Sencillas y variadas, muy variadas. Quizás por esas muchas caras que tienen, las plantas suculentas se han convertido en unas habituales tanto para los amantes de la jardinería como para quienes tienen poca mano con ella. El hecho de que ocupen poco espacio y que, además, pueden crecer en casi en cualquier sitio (ya sea en interior o en exterior) convierten a las suculentas en una apuesta genial para tener un pedacito de Naturaleza en casi cualquier espacio.
Sin embargo, uno de los problemas con este tipo de plantas es que solemos caer en el error de tratarlas como a cualquier otra. Un fallo habitual en su cultivo si tenemos en cuenta que las plantas suculentas son una familia botánica singular que cuenta con un insigne representante que nos da pistas sobre sus cuidados: los cactus.
Una manera sencilla, saber que ellos también son suculentas, de entender que los cuidados de éstas son diferentes. Diferentes no quiere decir complicados (en este caso, todo lo contrario) pero sí fundamentales para poder disfrutar de nuestras plantas como tiene que ser: bien cultivadas. Para ello será necesario emplear sustratos y abonos específicos para crasas.
Sencillos, muy sencillos. Pero necesarios de conocer para hacerlo correctamente y ayudar a que nuestras plantas suculentas crezcan fuertes. Una manera genial de evitarles plagas, deformaciones o, incluso, la muerte (algo realmente complicado por el tipo de planta que son).
Poca agua
Recordando la procedencia de estas plantas es como mejor podemos darnos cuenta de que sus necesidades de agua son reducidas. Las plantas suculentas son capaces de absorber la humedad del ambiente y retenerla en sus hojas, tallos y raíces.
Esta capacidad es la responsable de que, en muchas ocasiones, veamos este tipo de plantas suspendidas en el aire o en recipientes de cristal sin apenas ningún sustrato donde agarrarse. A pesar de la sorpresa, incluso así algunas suculentas son capaces de mantenerse hidratadas.
Precisamente por eso, el exceso de riego puede ser letal para ellas. Durante los meses de frío, no necesitarán más de un riego cada quince días mientras que en los meses de calor podemos aumentar la pauta a un riego por semana.
Mucha luz
Aunque necesitan mucha luz, nunca someteremos a las suculentas al sol directo y mucho menos en verano. Sobre todo, porque para poder mantener una correcta hidratación necesitan poder guardar las reservas de agua y la exposición directa al sol las deshidrata.
Este factor puede hacer que las hojas se tornen rojas y eso es un signo de que se están quemando. Si detectamos que la tonalidad de sus hojas palidece, es momento de buscarle una ubicación donde pueda recibir más luz.
El drenaje, fundamental
Que guarden bien el agua no significa que lleven bien estar encharcadas. Por eso mismo, es importante que las plantas suculentas tengan un buen drenaje que permita eliminar el exceso de agua.
Así que… ¡olvida el plato de debajo! A menos que lo uses de manera meramente decorativa y escurras el agua sobrante tras el riego.
Un suelo sencillo para plantas sencillas
Tengamos en cuenta que crecen sobre roca, corteza de árbol y hasta en condiciones poco favorables. Por eso mismo, no necesitan un sustrato rico en minerales sino, más bien, un suelo pobre. Así que, para darle a nuestras plantas suculentas lo que necesitan, nada como plantearnos mezclar el sustrato con arena o con sustrato para cactus.
Cuidados sencillas para unas plantas que, a pesar de su humildad, son de una belleza extraordinaria tanto en su estado habitual como en plena floración (porque sí ¡también tienen flores!).
Un buen motivo, sumado a sus muchas formas, tamaños y estilos, para que las plantas suculentas conquisten a cada vez más gente.