Mauricio Ochmann tuvo una infancia complicada, marcada por el abandono de sus padres biológico a tan sólo un mes de su nacimiento y, posteriormente, por la separación de sus padres adoptivos, así lo relató en una entrevista para el canal de YouTube de Yordi Rosado en donde también habló de sus problemas con las bebidas alcohólicas y las drogas que enfrentó en su adolescencia y juventud.
El actor comenzó a beber a los 8 años de edad que debido a la situación que atravesaba fue como un «elixir», pues pese a que no le agradó el sabor aseguró haberle gustado la sensación que le producía en su interior. » «Ese vacío, esos abandonos, esos huecos, de repente como que sentí (que desaparecían), entonces fue: ‘si me tomo un poquito de esto ya me siento mejor’, como que se me adormecía. Obviamente en ese momento no lo racionalicé, sólo me sentí bien», señaló Mauricio Ochmann.
Mauricio Ochman y sus adicciones A los 13 años el actor ya ingería grandes cantidades de alcohol tanto en su casa como con sus amigos. Recordó que incluso una ocasión robó el auto de su familia para ir a la Feria de Vino de Tequisquiapan y amaneció en un hospital. «Ya no nada más cierta cantidad de alcohol me servía porque eso es lo que tiene el alcohol en el organismo… Luego ya necesitas más fuerte, conocí las drogas, entonces más fuerte y fuerte.
Más tarde en terapia descubro, ya cuando me meto al centro de rehabilitación, que lo que estaba haciendo era una muerte lenta, un suicidio lento desde chiquito», dijo. El día que Mauricio Ochmann casi pierde la vida Mencionó que su alcoholismo y adicción a la cocaína fueron consecuencia de los vacíos que tenía desde niño, ya que no había aprendido a lidiar con sus «miedos» y «monstruos del pasado». «La primera droga que probé fue la mariguana, ya después la cocaína… como que mi cuerpo dijo ‘de aquí soy’, y eso de alguna manera revolucionó mi proceso, porque las drogas como que aceleran el proceso adictivo», contó.
El actor, nacido en Washington D.C., señaló que varias veces tocó fondo y estuvo a punto de morir en más de una ocasión. «Tuve una sobredosis, que si no hubiera sido por la persona que trabajaba conmigo en esa época no la cuento. En Cuernavaca, después de no sé cuanto tiempo, mi cuerpo se empezó a desvanecer, estaba yo hundido en la cama y perdí el conocimiento.
De repente me despierto en el hospital, que me estaban reanimando. Ya estaba mal, en sobredosis, ¿y qué crees?, no paré ahí. No fue el fondo más fuerte», añadió. Fue hasta que se convirtió en padre por primera vez que decidió ingresar a un centro de rehabilitación: “El nacimiento de Lorenza fue lo que me hizo clic a nivel interno, quiero ser un papá responsable, entonces me interné. Estaba después de cuantos días llevaba en vivo, yo ya me estaba despidiendo de Lorenza, estaba muy chiquita, ya había planeado morirme, ya estaba yo para hablarle al dealer para pedir una cantidad considerable para ya, adiós”.