¿Quién no quiere saber quiénes fueron sus antepasados?
En los últimos años, la secuenciación completa del genoma humano ha facilitado el acceso del público a tests de ADN que permiten averiguar la historia genética del interesado.
O, al menos, eso es lo que prometen. Aunque no falta quien considere que la información que arrojan puede llegar a causar graves problemas.
Estos kits se pueden adquirir en muchas farmacias, pero también online a través de páginas web de empresas especializadas e incluso en
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De hecho, estos kits fueron de los productos más vendidos el pasado mes de noviembre en Estados Unidos durante durante el pasado Black Friday y Cyber Monday, según datos de Amazon.
Cómo funcionan
El paquete que promete desvelar quiénes eran tus ancestros funciona de la siguiente manera.
Básicamente, compras el kit, escupes en un tubo (o pasas un hisopo por la parte interior de tu mejilla) y lo envías a la empresa con la que has contratado el servicio.
Ellos se ocupan de extraer de tu saliva células que contienen todo tu genoma.
Así es como consiguen extraer el ADN que luego insertan en su base de datos para compararlos con el genoma de otros clientes que hayan pagado por el mismo servicio y así establecen las similitudes y las diferencias y pueden realizar un mapa étnico.
Pero, ¿cuán fiables son realmente estos tests?
Información sesgada
Los científicos advierten de que en realidad los perfiles genéticos obtenidos a través de estos tests no pueden proporcionar una información muy precisa sobre la ascendencia de quien se somete a ellos.
En el programa de la BBC Los curiosos casos de Rutherford y Fry sometieron estas pruebas genéticas a examen y entrevistaron al genetista Mark Thomas.
«Muchas de estas compañías [proveedoras de tests] lo que te dan es un informe de etnicidad […] así que realmente no te dicen quiénes fueron tus ancestros, sino si tus características genéticas coinciden con algunos de los descendientes de tus ancestros».
Y es que normalmente este tipo de tests no comparan tu ADN con el de personas que vivieron en el pasado, sino con tus contemporáneos.
Pero lo peor es que el cotejo se limita a las personas que estén en la base de datos de la compañía, así que en muchos casos la lectura de tu genoma puede tener resultados diferentes según con qué empresa la realices, advierte el genetista Mark Thomas.
Antepasados favoritos
También la gente tiene sus preferencias entre ancestros. Thomas explica que resulta más atractivo y exótico decir que tus antepasados eran vikingos o de la realeza celta que galos, por ejemplo.
Pero lo cierto es que en Europa se puede decir con bastante seguridad, sostiene el experto, que casi todos los europeos que no tengan un pasado de migración muy reciente son, muy probablemente, descendientes de vikingos.
Es una cuestión de matemáticas.
«Yendo tanto tiempo atrás, hasta la época en la que vivían los vikingos, seguro que encuentras que alguno de tus ancestros era un escandinavo porque ocuparon un amplio territorio, llegaron hasta el norte de África».
Es, ilustra Thomas, como si se tratase de una red ancestral, cuanto más atrás en el tiempo te remontas, más grande se hace esa red, abarcando más grupos históricos y étnicos.
Incluyendo a príncipes y princesas celtas.
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