Pólipos nasales
¿Qué son?
Los pólipos nasosinusales o nasales, son crecimientos blandos, no dolorosos ni cancerosos que se pueden originar en cualquier parte de la mucosa nasal; con frecuencia se localizan en las zonas de los senos paranasales, y cuelgan como lágrimas o uvas.
¿Por qué se producen?
Se producen por una inflamación crónica, que en muchos casos está asociada con el asma, las alergias, la sensibilidad a medicamentos, las infecciones recurrentes o ciertos trastornos inmunitarios.
¿Quiénes lo padecen?
Los pólipos nasales pueden formarse a cualquier edad, sin embargo, la población adulta, fundamentalmente los jóvenes y adultos de mediana edad son quienes lo presentan con más frecuencia . Y se ha visto que afecta más a la mujer que al hombre.
¿Qué se siente, cuando uno tiene pólipos nasales?
Los síntomas van a depender del tamaño del pólipo, si este es pequeño, difícilmente presenta síntomas, sin embargo, lo que se ha notado con mayor frecuencia es:
Obstrucción nasal, asociada a congestión constante
Secreciones nasales líquidas y goteo nasal (rinorrea)
Disminución o pérdida del sentido del olfato (hiposmia o anosmia)
Dolor facial o dolor de cabeza, muchos lo describen como una sensación de presión en la frente y en el rostro
Ronquidos
Mal aliento y alteración del sentido de gusto
¿Se puede prevenir?
Debido a que la causa no está bien definida, no hay un método infalible para prevenir este padecimiento, pero tener buenos hábitos de higiene, como lavarse bien las manos y con frecuencia, es una de las mejores formas de protegerse contra las infecciones bacterianas y virales que puedan causar la inflamación de las fosas nasales y senos paranasales. Así como evitar sustancias irritantes como el humo de tabaco, contaminantes o la inhalación de productos químicos; y en caso de padecer alguna alergia, llevar al pie de la letra las recomendaciones del médico, para tener un mayor control y evitar complicaciones.
Tratamiento
Existen una variación de medicamentos que pueden ayudar y en algunos casos es necesaria la eliminación mediante cirugía. Sin embargo, lo ideal es visitar a su médico familiar ya que el diagnóstico es importante para que el tratamiento sea a la medida, sobre todo en la dosificación.