Las fibras son compuestos de origen vegetal que no son digeridos por el organismo, las cuales se encuentran en algunos alimentos como las frutas y vegetales, granos y cereales, por ejemplo. El consumo adecuado de fibras en la alimentación es importante para mantener la salud intestinal, combatir y prevenir enfermedades como el estreñimiento, la obesidad y la diabetes.
Existen dos tipos de fibras solubles e insolubles y la mayoría de los alimentos contienen ambos tipos de fibras, sin embargo, cada una de ellas aporta diversos beneficios para el organismo. La recomendación diaria de fibra para un adulto varía entre 25 a 38 gramos.
Beneficios de la fibra
Los beneficios de la fibra en general para la salud son:
- Combatir el estreñimiento, debido a que aceleran el tránsito intestinal y aumentan el volumen de las heces, favoreciendo en conjunto con la ingesta suficiente de agua, la salida de las heces;
- Aumentar la sensación de saciedad, debido a que al no ser digeridas crean una especie de gel en el estómago, ayudando a reducir las calorías que son ingeridas y favoreciendo la pérdida de peso;
- Ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre, debido a que la absorción de los carbohidratos a nivel intestinal es más lenta, haciendo con que la glucosa vaya aumentando progresivamente y que a su vez la insulina vaya regulando su concentración en la sangre;
- Disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, debido a que reducen la absorción de grasas y de colesterol a nivel intestinal, haciendo con que a largo plazo disminuyan su concentración en el organismo;
- Eliminar toxinas que se encuentren en el intestino, a través de las heces, así como controlar y regular el pH en los intestinos;
- Mantener la salud de la flora intestinal y del sistema gastrointestinal, ya que sirven de alimento para las bacterias benéficas que están presentes naturalmente en el intestino. La salud de la microbiota intestinal, disminuye la inflamación, aumenta las defensas del organismo y evita el surgimiento de enfermedades intestinales.
Para obtener todos estos beneficios es necesario consumir alimentos ricos en fibras a diario en todas las comidas principales y meriendas. También es importante mencionar que cuando se realiza una dieta rica en fibra, se debe aumentar la ingestión de agua, ya que el agua hidrata la fibra y lubrica el intestino, facilitando el paso de las heces, mejorando el estreñimiento.