Perder una o más piezas dentales a lo largo de nuestra vida no es algo extraño. Al día de hoy todavía una parte de la población no acude al dentista, a menos que tenga dolor o alguna otra molestia. Esta actitud provoca que en la mayoría de ocasiones sea tarde para salvar una pieza dental o, al menos con un cuidado más temprano, recurrir a un tratamiento más sencillo, menos invasivo y más económico.
Sin embargo, el problema ya no solo es perder la pieza dental, muchas personas optan por no reemplazar los dientes perdidos, sin ser conscientes del efecto en cadena que esto provoca, y no solo en la boca.
¿Qué ocurre si no repones el diente perdido?
• Se dispara el riesgo de perder más piezas dentales, ya que desde el momento en se sufre la pérdida de una pieza dental, es fácil que los dientes adyacentes también pierdan ese soporte periodontal, y tienden a moverse incluso más rápido ocupando parte del espacio que ha dejado el diente ausente, con lo cual podemos observar un efecto dominó
• La masticación se complica, ya que hay piezas como los molares y premolares que son primordiales en este sentido porque son los que realizan mayor presión a la hora de masticar. Por tanto, si se pierde una de estas, otras piezas tendrán que trabajar más. Esto puede originar dolor y una masticación deficiente.
• Si no masticamos bien, tendremos como consecuencia una digestión difícil, ya que se aumenta el trabajo que realiza el estómago.
• La falta de piezas dentales puede ocasionar que la articulación temporomandibular sufra, ocasionando dolores de cabeza, cuello y oído.
• Perder un diente, sobre todo en el frente estético puede causar verdaderos problemas de autoestima, sobre todo en una sociedad como la de hoy en día, donde se valora tantísimo el aspecto saludable y juvenil.
Por todo esto, es importante acudir con tu odontólogo 2 veces al año, él te indicará la mejor forma para el cuidado de tu boca de manera integral.Articulación temporomandibularCefaleaDientesDolor de cuelloDolor de oídoMala digestiónMasticaciónOdontólogoV
