¿Te da pereza hacer la cama cuando te levantas por la mañana? Puede que hayas visto recientemente una noticia donde se indicaba que esta práctica es malo para la salud, pero nada más lejos de la realidad.
Hacer la cama, es una decisión muy personal, que parece insignificante, pero que nos puede llegar a afectar tanto física como psicológicamente.
En primer lugar, la calidad de nuestro sueño puede verse seriamente afectada, cuando decidimos no hacer la cama. La razón es que el dormir sobre una superficie con arrugas (que se producen cuando no hemos estirado correctamente la ropa de cama y hemos ahuecado el conjunto) puede generar puntos de presión en diferentes partes de nuestra anatomía, que pueden desembocar en problemas más serios.
Dar vueltas en la cama, para encontrar la postura en la que estemos cómodos para dormir bien, es misión imposible (incluso si dormimos en un colchón LOMONACO), cuando descansamos sobre un amasijo de sábanas, mantas y demás ropa de cama. Además la distribución irregular de la ropa de cama, hace que no estemos bien arropados y queden zonas frías, que nos hacen que no consigamos dormir bien toda la noche.
Y ya sabemos cuáles son los problemas de la privación de sueño prolongada en el tiempo: afecta a nuestro estado de ánimo, y puede hasta causar enfermedades como la obesidad, la hipertensión o la diabetes.
A parte de que contribuye a nuestro bienestar físico y nos ayuda a dormir mejor, hacer la cama también contribuye a nuestro equilibrio mental. Un ambiente ordenado nos ayuda a organizar nuestra mente, además para dormir bien el entorno tiene que ser lo más confortable posible. Y esto se consigue descansando en oscuridad, sin ruidos, con la temperatura adecuada y, cómo no, con una cama ordenada sin arrugas.
¿Y ese estudio de la Universidad de Kingston en la que se decía que volver a colocar las sábanas después de levantarnos y hacer la cama era perjudicial para la salud porque alargaba la vida de los ácaros? La solución para esto es sencilla: sacudir y ventilar las mantas antes de volver a hacer la cama.
Hacer la cama no lleva más de tres minutos y, según los expertos, es un modo de completar con éxito la primera tarea del día. Un ejercicio de meditación consciente, una tarea que exige concentración y que sirve para preparar los retos que vendrán a lo largo de la jornada.
Además esta práctica parece estar relacionada con nuestra personalidad, así las personas organizadas y activas les gusta tener su dormitorio ordenado antes de salir de casa, para empezar bien el día.
Un resumen de los beneficios de hacer la cama
- Cubrirlas sábanas y el colchón minimiza el área sobre el que el polvo se acumula.
- Hacerla cama rápidamente ayuda a empezar el día con una sensación de logro.
- Dormir en una cama estirada supone un cuidado hacia ti. La organización matinal te recompensa con un bienestar por la noche.
- Verla cama hecha evita, en muchas ocasiones, la tentación de volver a acostarte.
- Reduce los niveles de estrés y aporta paz al entrar a la habitación. También mejora la vida en pareja, ya que el orden en convivencia es fundamental.